El piloto de Red Bull Mark Webber ha reconocido que la lucha por el campeonato de 2012 influyó en su decisión de ampliar su contrato para 2013, si al final las negociaciones con el equipo italiano llegasen a buen puerto se hubiese creado una extraña situación en la lucha por este título.
Hasta el anuncio de Red Bull esta semana de que el piloto australiano permanecería como compañero de Sebastian Vettel para la próxima temporada, Mark Webber estuvo fuertemente vinculado a Ferrari como sustituto de Felipe Massa.
Incluso en las declaraciones a los medios de comunicación el fin de semana pasado, el piloto de Red Bull admitía haber tenido «conversaciones con Ferrari» sobre un posible fichaje para el próximo año.
Aunque a continuación añadió que «es importante que el equipo sepa que estoy al cien por cien con ellos, que, por supuesto, lo estoy».
Pero Webber ya ha sufrido en sus carnes como se trata la igualdad en el equipo de las bebidas energéticas, así tras ganar en Silverstone en 2010 quiso dejar clara su postura cuando le dijo al equipo por radio «no está mal para el segundo piloto».
Dos años después la situación con su compañero Sebastian Vettel es bien diferente, al menos por el momento, el australiano tiene una victoria más y está 16 puntos por encima del bicampeón alemán en la clasificación de pilotos.
Y Mark Webber se encuentra ante esa angustiosa sensación de que esta puede ser su última oportunidad de ganar un campeonato.
«El hecho de que esté tratando de ganar el campeonato de este año ha entrado en la valoración», admitió el piloto de Red Bull a la BBC.
«Hubiera sido complicado mantener el empuje si me cambiaba a un equipo rival. Ese fue un factor, aunque ciertamente no fue el más importante».
El nuevo contrato le confirma sólo un año más en la F1, pero insiste en que la retirada no está cerca por el momento: «No lo tengo en mente en absoluto», dijo el piloto que cumplirá 36 años en agosto.
«El contrato es por un año, pero estoy buscando estar en la F1 durante más tiempo que eso», así que, ocurra lo que ocurra no dejará libre un asiento para los más jóvenes, a menos que no le quede más remedio.