Durante el pasado Gran Premio de España 2021 en el Circuit de Barcelona-Catalunya el piloto de Mercedes sacó a la palestra que el RB16B podría estar beneficiándose de cierta flexibilidad en el alerón trasero.
Christian Horner respondió a las acusaciones diciendo que su monoplaza «ha pasado rigurosamente todas las pruebas» a las que somete a los coches la FIA. Y sembrando la sospecha de que las declaraciones del piloto son en realidad fruto de la una estrategia de Toto Wolff.
Pero quizás la afirmación de Horner no sea del todo exacta, aunque el coche haya pasado todas las pruebas del organismo rector de la F1, podría darse el caso que las pruebas no sean todo lo exactas que sea necesario para detectar esa «flexibillidad».
Y eso es lo que parece dar a entender el jefe técnico de la FIA, Nikolas Tombazis, quien ha escrito a los equipos para advertirles sobre partes del coche que pudiesen presentar «deflexiones excesivas».
«Nos hemos enterado de algunos casos en los que los diseños traseros, que cumpliendo con los requisitos [del reglamento], exhiben deflexiones excesivas mientras los coches están en movimiento», afirma el escrito remitido a los equipos.
Tombazis advierte a los equipos que estarán vigilantes antes «cualquier comportamiento anómalo en la deformación del alerón trasero» que pudiese tener una «influencia significativa en el rendimiento aerodinámico» del monoplaza de F1.
«Si observamos alguna característica que indique la obtención de beneficio en esta área introduciremos más pruebas de deflexión de carga según sea necesario», añadió la FIA.
La historia de la F1 está plagada de casos en los que vemos como los coches pasan todas las pruebas y luego se anula alguna característica, en el filo de la normativa, que luego se entiende como no válida. Y normalmente la polémica llega con la denuncia de los rivales que dedican horas y recursos a analizar imágenes de sus competidores para detectar innovaciones geniales o ilegalidades.